Amor Brujo. Roberto Arlt.














Gozo porque nadie me molesta. Igual que una tortuga, a la mañana saco la cabeza debajo de la caparazón de mis colchas. No creo en los hombres, y menos en las mujeres, mas eso no me impide buscar a veces el trato de ellas, la experiencia se afina en su roce, y además no hay mujer, por mala que sea, que no nos haga indirectamente algún bien. Más me gustan todavía las mujeres que no se pintan. Las que se lavan la cara, y salen a la calle con el cabello húmedo.

Creo en el amor cuando estoy triste; He tenido varias novias,cierto es que dijeron quererme, pero luego quisieron también a otros; lo cual demuestra que la naturaleza humana es sumamente inestable. Por eso no me casé con ninguna.
cuanto más vergonzoso es uno, más goza ella en destruir sus escrúpulos, en hundirlo y de pronto... se encuentra enterrado hasta los pelos en el barro... y entonces hay que bailar. Y mientras la mujer está metida hay que aprovechar, porque un día le da que enloquece por otro, y con la misma inconsciencia con que lo siguió a usted se sacrifica de nuevo.

Mucha gente ha tratado de convencerme de que formara un hogar; al final descubrí que ellos serían muy felices si pudieran no tener hogar. Casi todos ellos tienen una base moral que les impide abandonar a su esposa .pero al convivir con su amante terminarían por hastiarse también.
¿Qué relaciones existían entre un piso encerado o una albóndiga a punto, y la felicidad?No se puede vivir sin ilusiones- Me parece que todos somos unos hipócritas.-Sin embargo no se puede vivir de otra manera. somos unos farsantes sin coraje.Cuando más groseros, más inmediatos, más egoístas son los deseos de un hombre o de una mujer, más fácilmente se conllevaban.

Hay días que me despierto con un sentimiento de dulzura floreciendo en mi corazón. Entonces me hago escrupulosamente el nudo de la corbata y salgo a la calle, y miro amorosamente las curvas de las mujeres y doy las gracias a Dios por haber fabricado un bicho tan lindo, que nos hace olvidar todo lo que hemos aprendido a costa del dolor .

A veces El tenia un descorazonamiento inmenso, que lo imposibilitaba para la acción, luego reaccionando se decia que en alguna parte se encuentra la mujer que injertaria en su vida nuevas esperanzas y energías, y confortado por la tibia certidumbre dejaba pasar los días. No tenía prisa, sus ilusiones eran cortas.Vivía porque el azar lo había colocado en el planeta Tierra. Con gesto perezoso recogía lo que estaba al alcance de sus manos, su voluntad había desaparecido para siempre.

Ella continuaba viviendo en su imaginación. Despojada de toda apariencia terrestre, se manifestaba en el fondo de su pecho por una dulzura queda, semejante al debilísimo perfume de ciertas flores muertas.
Arlt.

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