Del otro lado del rio















Hace falta conseguirse una Isla Negra
perdida en el espacio
Sin nadie que nos huela.

Hace falta borrar a la gente, por otra gente
sentir frío el suelo o el seco y áspero.
Perderse en el azul del océano helado.
Hace falta admitir
no querer cerrar las heridas
con tiempo,
sino con agua de mar...

Describir las cosas
que se ven en los viajes
lleva consigo la imposibilidad de la palabra justa
Lo intenté…

Quise empezar por la hermandad chilena, por los valles de la luna, por los atardeceres del desierto.
Por las grietas abiertas en la piel reseca,
por los añejos y frescos oasis recostados para respirar.
Por la escasa y liviana ropa entre las sogas,
por el sonido del viento golpeando el toldo..

Queria empezar por los gigantes montañosos,
por las cuestas arriba o por los trechos en que fuimos llevados.
Por las palabras que se encontraban y las desencontradas
Por esos perros aparecidos que siempre apadrinamos.
Lo intenté…

Dejo algo mío
incrustado en el alma
de tu isla negra.
Una piedra lisa gastada de siglos colgando de un tenue cordel sobre tu pecho.

Fue agotador
intentar remover erizos y estrellas marinas
de su dura coraza
Siempre se dan vuelta sobre si mismos
Es así como huyen

Viajar desorienta al más profesional de los viajantes
porque compran otros olores y otras sonoridades,perdiendo levemente las propias-
Es verdad,hay quienes quedan atrapados, anidando nuevas posibilidades
Pero para la mayoría solo son exilios emocionales,
Pequeñas alegrías dolorosas que siente uno siempre, al saber que se va.

Lo intente.

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