Capitulo 13.El reencuentro

El relato comienza con una injusticia. Todo lo que se puede comentar sobre el reencuentro no es fiel retrato de la realidad, sino una suma de parcialidades:
Que el viejo llego a tiempo y perfumado, Que la vieja le dijo que lo esperase acomodándose en el sillón, que podía cargar su Clay mientras ella iba a cambiarse. Que el esperaba carente de calidez, con incipiente virilidad y Ella volvió ávida de consuelo y desenfreno.
Lo cierto es que en vez de perder tiempo descifrando los mecanismos psicológicos y racionales que les impedían el movimiento, apelaron a la memoria ancestral de lo salvaje, Al olfato primordial, al tacto primitivo de apretar antes que rozarse, al instinto de defensa de arañar antes de decir – ¡Por dios, cuanto te he extrañado!
Prefirieron morderse como si fueran a arrancarse pedazos y deglutirlos para prevenirse de ese sentimiento de inmensa y abismal fragilidad que podría surgir al posar los propios labios sobre los labios del otro.

No había culpa, sino un sentimiento de merecer lo que sucedía.
Ella determinó la duración del abrazo y el recorrido de sus manos por el mentón del Don Ciro, por sus pómulos, por los pliegues de sus parpados cerrados, siguiendo el espiral que forman sus cabellos en su nuca, fue ahí que lo besó.
los dedos fuertemente enredados se habían entumecidos y no podían dar cuenta de a que mano correspondían.
Con la cabeza gacha, frágil y hermosa, como la veía el, se iba desvistiendo de a sorbos cortos. Solo quedaba la falda y los últimos botones de la camisa.titubeó. Quizás por eso el se arrodilló ante ella a los pies de la cama y Comenzó a desabrochar desde abajo sin llegar a desabrigarla o porque era evidencia suficiente el debate interno que ella sostenia, entre el pudor y el coraje.
Ese coraje contagiado lo llevo a besar sus pechos. Primero; pequeños roces de sus labios sobre ellos y luego si, fue besar y respirar restos de colonia y talco y por debajo el latido acelerado. Beso más, hasta quedar hundido entre sus pezones endurecidos, abrazado a ellos con el capricho de un niño tristemente voraz.
Ella se volcó hacia atrás hasta quedar tendida sobre la cama,sus pies permanecían apoyados en el piso.Cuando temió no poder controlar las sensaciones a venir opto por taparse los ojos con ambas manos.

En cuanto a el,apenas levantó la falda levemente,Sintió un cosquilleo que recorría serpenteando su miembro,placenteros impulsos que lo dilataban.
De repente un fuerte latido circular apretó su pene al descubrir con sus manos que Olivia no tenia vello entre sus piernas, ni el más mínimo rastro.
Solo era una loma de piel ascendente,pequeña y suave como la de una niña. Quizás ella había impedido que crezca de alguna forma o Tal vez el tiempo lo había debilitado y se había caído o quizás, conociéndola, jamás había crecido aguardandolo a el..Sumamente conmovido e incontrolable no pudo sino desear besar el lugar donde residía la inocencia de Olivia.

El cuarto se inundó de un aroma tan perturbador como gratificante. Agitado bajó sus pantalones. Comprobó visualmente que su pene estaba firme, las protuberancias de sus venas descarnadas,la textura rugosa ahora tenía suficiente tensión como para distinguir a simple vista, pequeños y sutiles trazos rojos y azules que se inclinaban del morado al violeta.
el olfato, el beso, el gusto levemente acido La humedad envolvió sus dedos. El dedo perforó la humedad.
Ella se descubrió la cara, busco su mirada y sonrió. Entonces sí, apretando los labios toscamente sobre la mejilla de Olivia,penetro,franqueó la resistencia
Fueron vaivenes torpes, mareas desparejas y presurosas. Oscilaciones eufóricas y rítmicas que cedieron a tiempo.Ningún ruido pudo oírse, apenas una reiteración circular de respiraciones profundas y suspiros agitados.
Ella mantenía la boca abierta pero el grito permanecía dentro.

-Son estos pensamientos que irrumpen Olivia. Es este cuerpo que se comporta como otro cuerpo, como un cuerpo nuevo.Podré terminar,si esta vez.Temo que salga de mi cuerpo antes de tiempo, Temo que sea escaso pero insisto, apenas si puedo contenerme, no es que me canse quiero mas que nada estar acá, Que las paredes abultadas de carne mullida,ardida,latente se ajusten contra mi miembro, quiero que dure, que dure todo, esto y lo que vendrá Olivia. Esta dura. Me siento un toro. Un hombre deseado llegando con fuerza inagotable al momento culminante. ¿Y usted? lamentaría que esa humedad tibia que merma sea nada mas que su sudor.Estoy firme, dispuesto. Termino, a pesar de que arde y molesta la fricción.Pequeñas bolitas de mi vello endurecido por ese “sudor” se pegan, anudan y tiran de mi piel. No hay forma de que me demore más. Convulsiono y ya no podré detenerme.Ahogo mi grito. Solo fue un gemido agudo, creo. Es que si grito, lloro y un hombre no debe llorar, no en este momento.Ahora sí, llegue Olivia. Puedo sentir que esta estremecida, que temblamos al mismo compás ¿Siente?, cuando usted inspira yo inspiro.No tengo palabras, solo este abrazo. No puedo mirarla Olivia. No me mire, hágame el favor. Solo ubique su cara sonrojada sobre mi pecho y apóyese en el hueco de mi brazo, eso es todo. Así Olivia.
Soy feliz.

1 comentario:

Tomás Muller dijo...

Siempre te creo.
Nunca lo dudes.
Yo leo libros futuros y releo escritos presentes.
Fui alfabeto en el pasado, soy frases ahora y seré libros mañana.
No tengo la culpa de nada pero soy responsable de todo.
Ayer fui mar. Hoy soy marinero. Mañana los dos al mismo tiempo.
Pero sobre todo siempre te creo, y antes que nada nunca lo dudes.
Vos escribí libre, escribí fuerte, escribí segura.
Yo ya te estoy leyendo. Y no te dije nada.
Todo es vos.
Tu logro no es el libro que publique lo que has escrito.
Tu logro es lo que has escrito para publicar tu libro.
Y por consiguiente, estoy aquí.