Entre cuerdas

“No había rivales para él; cualquier pelea era un juego de niños,que siempre ganaba”.
Prepotente y de irritantes declaraciones. “Con los impuestos que pago por cada pelea, un soldado norteamericano vive un mes matando gente en Vietnam, ya soy culpable. ¿Tengo además que matar con mi propias manos?” lo declararon desertor, le retiraron su licencia de boxeador y el titulo de campeón mundial.

En 1971, Muhammad Alí vino a Buenos Aires, la pelea seria en la cancha de Atlanta. Vicki Walsh y Osvaldo Soriano lo entrevistaron.
“Los negros no tenemos chance, si utilizáramos la violencia, seríamos como un toro enfurecido corriendo hacia un tren: sólo quedarían su carne y su sangre sobre las vías. Pero no condeno a ningún hombre por defender aquello que cree está bien, ni por estar dispuesto a dar la vida por ello”
Alfonso Cano integrante legendario de las FARC colombianas, compara sus movimientos en el monte con los de Alí en el ring. "Alí peleaba como una mariposa, pegaba y se iba, nosotros somos guerrillas móviles; no nos podemos quedar quietos porque nos noquean".

Fue maestra rural, ha vuelto a la ciudad frustrada, quiso erradicar las palizas de la escuela. Los padres acudieron a quejarse. ¿Que sabia esta porteña?, ellos así querían educar a sus hijos. Quienes tenderán a ser violentados por el sistema deben aprender a imponerse.

El temor era respeto entonces el fajador atacaba, un día ya hartos de ser golpeados por sus padres, devuelven el golpe. El padre cae temeroso pero con cierto orgullo. Su hijo ha crecido, le ha dicho que ya nadie lo tocara más. “Ojota”, lo sabe.

Ya sea como forma de expresarse o de defenderse, los puños siempre son herramientas,. Por eso Omar fundo la escuela de boxeo en la villa, porque el dolor siempre quiere expresarse, sino explota en el otro. El box impone reglas a las descargas, sublima, da revanchas. Pero, Si, es verdad. Es crudo ver cuando la sangre chorrea y ellos se la tragan rapidito como se tragan las lágrimas.