Marzo de 2008:
Los dos investigadores, un submarinista y un buscador de aviones de guerra perdidos, llegaban a su meta después de casi 60 años. El piloto y periodista televisivo alemán Horst Rippert, de 88 años,supo que era hora de sacarse de encima esa pesada carga: "Pueden dejar de buscar. Fui yo quien abatió a Saint-Exupéry."
Estaba de servicio en el sur de Francia cuando esa mañana de julio identificó un avión francés,tras los impactos,vio que caía al agua."Fue después cuando supe que era Saint-Exupéry. Yo esperaba que no fuera él, porque en mi juventud había leído todos sus libros y los adorábamos”

Antoine habia dejado una nota sobre la mesa aquella mañana: "Si me derriban, no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para ser jardinero. Me despido. Antoine de Saint-Exupéry".

A Quien el destino desviaba de su deseo de crear lazos entre los hombres, sublimaba esa pena volcando su inocencia en los textos que escribia.
A quien por deber tuvo que interceptar vuelos en vez de propagarlos,regalando su inocencia a diario,podia recoger los restos eternos y puros en cualquier libro de su asesinado.

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