
Cuando no hay agua suficiente en un pueblo, casi no se piensa en otra cosa, pero cuando se instala un medio de abastecimiento ya no se piensa en el agua, es mas, ni se recuerda la edad de la sed. porque la abundancia mata el deseo.Paulo Freire
Ricardo Vilca camina como a tientas entre las mesas, ha saludados a todos, uno por uno, ha tomado de sus copas,a recibido halagos humildemente.Llega por fin al escenario,levanta los pesados y arrugados parpados, quiere apretar correctamente el botón de la video casettera. Duda. Coloca uno de los tantos videos de aficionados sobre temáticas sociales o tal vez alguno de sus recitales. Luego se sentara a cantar y tocar su vieja guitarra. “-¡Guanuqueando Ricardo!,¡ Guanuqueando!”.Detrás hemos los que reservamos mesas y elegimos del menú entre las cinco comidas caseras hechas por su mujer, el guiso de cabrito llegara en las manos de su hijo., mientras no tenga que subir al escenario a tocar la quena junto a su padre.
Vilca habla lento, pausado y en esa brisa de susurros cuenta de su lucha silenciosa contra” los gauchos de plástico”a quienes ve desfilar desde su casa,quienes bajan de sus 4x4,con ponchos y gorros “coyas”,ironiza –¿En sus casas por allá, tambien se visten así?. "¡Guanuqueando Ricardo!,¡,Guanuqueando!.El comenta que es un tema que usa para cancherear,que lo ha escrito hace años, como tantos otros temas,pero que entiende que se haya hecho popular al haberlo cantado Divididos,esa banda de rock con la cual se manejo a través del manager de estos. “-No como con Gieco aclara.El viene hasta acá y le habla a uno en la cara”.
Toca un tema para los niños del pueblo,retoma la charla.Habla esta vez de los Sikuris que bajan de la montaña en pascua. Habla de copleros,de quienes atienden rebaños y cultivos.Cuenta que ha durado solo tres horas en un cargo gubernamental, porque oyo que alguien habia dicho que El solo pretendia obtener dinero. Bebe,sonrie,hace chistes.Anuncia que cantara “el ultimo tren”,tema dedicado a su padre.”-Yo tenia 3 años y mi padre era maquinista de un tren a carbon,El pagaba sus herramientas de trabajo,siempre estaba limpiandolas en casa,un dia se olvido en el tren su lampara de aceite y al buscarla sufrió un accidente fatal". Poco después de la muerte de su padre habian desaparecido los trenes a carbon, inclusive algunas estaciones. un dia pidio entrar al deposito y ver aquella locomotora olvidada.
El viejo nos contagia su emocion y aplaudimos.Entre los convidados hay musicos de todas partes,que por el solo hecho de ir son invitados a tocar sus instrumentos.Vilca cede su espacio y se queda en un rinconcito con los ojos cerrados para escucharlos mejor. Otros rien y conversan sin escuchar al anfrition,se sacan fotos con sus celulares, la mayoria de las fotos son "pintorescos"niños andinos mostrando sus pocos dientes,Son ellos los que gritan impiadosos –¡Guanuqueando Ricardo!,¡Guanuqueando!
Vilca esboza una sonrisa "-Esta es mi casa,este es mi templo,bienvenidos" y en un acto de entrega,"Guanuqueando" empieza a sonar. Esta vez parecia triste,inevitable,desoladora.Todos la conocian y comenzaron a tararear. Mi compañero y yo,no dijimos nada,levantamos nuestras copas de tinto casi al mismo tiempo,tragamos estremecidos. Nosotros tambien sabiamos la letra, pero nos daba vergüenza cantarla.
A Vilca que pacientemente escucho nuestra historia y al irse a dormir nos dejo la musica encendida.
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